martes, 14 de octubre de 2008

La Asertividad

Es el manejo positivo de la agresividad, entendiéndose ésta como fuerza, valor, empuje, intención, que impulse a obtener lo que se desea, necesita, anhela o sueña, sin agredirse o lastimarse a sí mismo y a los demás.

El manejo de la asertividad en la persona es mediante una autoestima alta, el autoperdón y el uso de la razón. Ser asertivo es ser consciente de sí mismo, de la realidad de sus sentimientos y su conducta.

La persona asertiva se caracteriza por pedir lo que necesita, decir lo que le gusta, o no expresar lo que siente cuando es necesario. Tener siempre presente el ¿para qué?, ¿para qué lo digo?, para informar, darme a conocer, etc, o para humillar, lastimar o reclamar. Si este “para que” no responde a algo positivo, es mejor callarse.

Las personas asertivas canalizan su agresividad negativa u hostil a través de los deportes, ejercicios físicos o de relajación, o por actividades que permiten la salida de esa energía acumula.

Ser asertivo significa poner en práctica las habilidades propias respetando los derechos de los demás: significa tener el valor de usar la percepción y comunicación, ya que lo que cuenta más en un mensaje no es el “que”, sino el “como” se dice.

Por otra parte, la asertividad sin una buena percepción y sin saber cómo comunicar, puede llevar al desastre. Por ejemplo, si se le dice a una persona que su trabajo está mal hecho se está siendo asertivo, pero falta usar la percepción para darse cuenta de lo que es, lo que se dice en realidad y cómo se está diciendo, ya que en vez de ayudarla a que vea su comportamiento, su trabajo y sus consecuencias, podría estarse usando una comunicación destructiva.

La no asertividad o agresión hostil es el manejo negativo de la agresividad; es decir, satisfacer las propias necesidades y derechos sin importar los de los demás.

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